sábado, 27 de marzo de 2010

Preparando Cosmopoética. Las Variaciones Whalbergstone.


(Alfred Whalbergstone)


Pues ya estamos calentando motores para el Festival de Cosmopoética en Córdoba, donde han tenido la amabilidad de invitarnos dentro de "Noctámbulos" (nos hemos criado en los bares, eso marca carácter). Tendrán ustedes la oportunidad de vernos a mi y a la siempre maravillosa señorita Veronica Moreno el día 10 de Abril, por la Taberna La Espiga, pero no se inquieten ahora, que ya les daremos todos los detalles más adelante.

El post de hoy es un adelanto y una explicación. Si vienen ustedes a vernos tendrán la ocasion de disfrutar de un recital bastante diferente de los que solemos hacer, llamado "Variaciones Whalbergstone. Recital para piedras y voz". Espero que os guste, intentaremos que sea una experiencia, y que salgan ustedes mejores personas de lo que entraron, si es ello posible.

Os dejamos un adelanto, una explicación y una disculpa. La disculpa es para una dama, que tiene la mala fortuna de mezclarse con escritores.
Es desconsiderado declinar la invitación de una señorita para tomar un café. Pero en esos momentos en que los dedos humean y hormiguean, y las musas aletean y la cabeza vibra, no se puede hacer nada salvo abandonarse al instante, las musas también son mujeres celosas y no conviene desairarlas.
Bien, pues el poema de hoy va dedicado a Miriam, que me llamó justo cuando el demonio del verso me tenía en trance y yo no estaba para nadie salvo para la Musa.

Para ustedes,
de "Las Variaciones Whalbergstone" (y con el permiso de Jethro Tull), Poema Nº 7.


VII
Piedras en el camino


Encadenado por la soga del abatimiento
colgado por los pulgares de la obligación
dejé atrás todo lo que me ataba
desde que te vi brillando en la oscuridad
como una luciérnaga en el fondo del pozo.

Si me ordenaron matar, no lo recuerdo
Si me ordenaron mentir, no lo recuerdo
Todo lo que puedo obedecer ahora
es tu cuerpo en la penumbra.

Y sé que había piedras en el camino
Sé que había piedras en el camino
pero ahora no veo ninguna.

Y te diría ¿Cuál es tu nombre?
Y te diría “He venido de lejos”
Y te diría “Todo está bien ahora”
pero sé que estamos más allá de la Palabra.
Mis pies se mueven hacia ti.
El mundo gira al compás de tu cabeza.

Si me ordenaron robar, no lo recuerdo
Si me ordenador asesinar, no lo recuerdo
Todo lo que puedo obedecer ahora
es tu cuerpo en la penumbra.

Y sé que había piedras en el camino
Sé que había piedras en el camino
pero ahora no veo ninguna.

Me arañaron las sirenas en un mar tumultuoso
Se repartieron mi túnica en un callejón oscuro
Si vengo desnudo es porque todo lo que dejo atrás
no merecía la pena.
Como un niño que aún no tiene cicatrices
Como una mujer que no conoce el amor
Como un hombre que no ha probado aún
el sabor de la sangre.

Si me ordenaron avanzar, no lo recuerdo
Si me ordenaron retroceder, no lo recuerdo
Todo lo que puedo ver ahora
es tu cuerpo en la penumbra.

Y sé que había piedras en el camino
Sé que había piedras en el camino
pero ahora ya no las veo.


Andres Malpaso.

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