lunes, 27 de diciembre de 2010

Una historia de fantasmas



Ghost Child
(Una historia de fantasmas)

Me preguntas por qué
pálido, te hablo con torpeza:

Es por un fantasma que de noche
ronda el castillo y me roza el rostro durmiente.
No le temo por mí y si palidezco
es porque te asuste a ti y sorprendida
huyas de esta casa por siempre.
Es el fantasma de un hijo natural de vida breve
al que ahogué, pues no podía hacer otra cosa.
Ya nadie lo ve, pues su presencia era inconveniente,
y salvo yo, nadie lo recuerda.
Sin embargo no reposa en paz y con frecuencia
trata de mostrarse al mundo:
Tira los platos, golpea las puertas,
mueve las cortinas.
Y yo corro en pos suyo y finjo torpemente
que se me ha caído un plato,
que di un portazo más fuerte
que he rozado al pasar la cortina con la mano.
No me asusta fantasma alguno y si palidezco
es por temor a que el vecindario murmure:
Ahí va un hombre cargado de fantasmas.
Y a ti, que huyes de las sombras, cuanto más,
he de negarte pecado, hijo y fantasma.
Yo que por un fantasma no temo, temo por ti,
y este temor es el que al final este fantasma me causa:
que me veas tal cual soy con un fantasma sobre los hombros.

Alegres y despreocupados reímos a veces
y yo finjo divertimento mientras con un ojo
vigilo que no asome y haga diabluras.
Su mayor placer es mostrarse y asustarte
y oirte gritar y hacer que te alejes.
No quisiste aquel hijo y aún con pena
lo enterraste con la conciencia tranquila.
Se nos murió en las manos cubierto de agua.
Tú no lo viste manotear y mirar incrédulo.
Y me preguntas por qué, a veces, pálido
te hablo con torpeza.

Es porque veo su sombra aquí o allí detrás tuya
y distraído finjo que no lo escucho
para que no lo escuches tú y te estremezcas.
No quisiste aquel hijo, mucho menos a un fantasma,
que aúlla y grita y es rencoroso.
Pero yo, que lo ahogué sin que tú lo pidieras
y que borré su nombre por verte sonreir de nuevo
vivo con la pesada cadena de un temor al cuello.
No temo a los muertos sino a los vivos.
Mi temor es que me temas
y por temor a que te asustes de mi,
vivo yo mismo asustado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy fuerte la historia.FEliz Año