domingo, 14 de febrero de 2010

Dos años largos después...

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Con el paso de los años uno descubre que la poesía se mueve a dos niveles distintos: uno más superficial, literario, cainita y publico que tiene que ver con editoriales, concursos, recitales, y "la proxima presentacion de mi libro" y otro más intenso, auténtico, humano, que consiste fundamentalmente en que, una vez de cada muchos intentos, los versos se quedan prendidos en el corazón de quien los escucha, guardados como algo precioso.

Esto ocurre pocas veces, como que nieve en Córdoba, pero siempre es algo sorprendente y agradable, para prepararse una buena taza de algo caliente, mirar por la ventana y disfrutarlo.

Ayer una amiga me pidió que le enviara un poema que lei una sola vez hace dos años y medio. Dos años y medio es mucho tiempo para un poema que se ha escuchado una sola vez. Impresiona el tiempo. Impresiona que el recuerdo de ese poema siga ahí.
Después de todo tal vez no todo sea tan efimero, tal vez al final lo que hacemos sirve para algo.

Soy malo para las fechas, pero recuerdo que fue hace dos años y medio porque ocurrió en una boda. Una boda que se celebró sobre la hierba y en la que la novia llevaba flores en el pelo. Esto puede parecer sacado de un cuento, pero sucedió de verdad.

Lei un poema sobre el amor, sobre lo que a mi me parece que es el amor, que cada vez tiene menos que ver con subir a altas torres con flores en la boca y más con poder dormir y levantarse despeinado y remolonear en la cama hasta tarde y sentir que no sobra ni falta nada. El amor es un ratón, suave, huidizo, dificil de ver, y cuando más fácilmente se nota que está es los domingos por la mañana.

Bueno, no pensaba que tendríamos tan pronto otro posteo de la sección Poemas a Petición, pero no voy a quejarme por ello.

Dedicado a Eva, que es de las que se casan con flores en el pelo, y a su prima, que aún recuerda un poema leido una vez por un desconocido dos años largos después.


Under wraps on Sunday morning

Bajo las sábanas el domingo por la mañana
hay un calor tibio de suave verano
y una piel de seda y un resto de noche.

Bajo las sábanas el domingo por la mañana
se esconde el cielo y la luna de Octubre
y restos de caricias como pétalos de rosa.
Cabellos enredados en misterioso encaje
y fugaces alientos y tímidos besos.

Bajo las sábanas el domingo por la mañana
corretea el amor como un ratón curioso
y se detiene aquí y allí con risueños bigotes.
Y todo es tan sencillo que se puede
oler la magia
en tu nuca, en tu espalda
en la infinita curva de tu cuello.
Un bosque donde un hombre
puede perder el camino a casa.

Bajo las sábanas el domingo por la mañana
se toca con los dedos el hilo de la vida
se apaga la sed, se enternece el alma,
y el tiempo se retira vencido
durante un fugaz instante.


Sr. Andres Malpaso

5 comentarios:

Verónica dijo...

je, a veces las flores en el pelo y la poesía tienen sentido :)

Alice dijo...

Muy bonito, sí señor. Y las circunstancias alrededor del post también. Un beso y espero que nos veamos pronto.

mirifice dijo...

Me ha vuelto a emocionar, como la primera vez...
Gracias amigo!!
Un beso!
Eva

Drizzle Eversmile dijo...

Parece mentira que sea la misma persona la que escriba esto y el blues de la soga....

La Bombonera dijo...

Sábado, sabadete..