martes, 19 de enero de 2010

Miguel Hernandez en Sevilla y Sinestesia en Granada.

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Los amigos del Elefante Rosa nos han enviado un mensaje anunciandonos el acto poético y sinestésico que tendrá lugar el Miércoles 20 de Enero a las 20:30 en ViMAAMBI (c/ Cuesta de San Gregorio 30): Proyecciones, Performance, Poesía...
Así que si teneis 4 euros para gastar en algo que merezca la pena, echadlos en algo util y pasaos a verlos.

Y también Agustin Gonzalez, de la Revista Aldaba, nos avisa del siguiente acto poético en Sevilla:

Estimados amigos:

Nos ponemos en contacto con vosotros, para invitaros a que os suméis al homenaje que Itimad y la Revista Aldaba van a rendir a Miguel hernández el próximo Viernes 22 de Enero a las 19,30 h en el Centro Civico Tejar del Mellizo, sito en la calle Santa Fe nº 2 (parque de los Príncipes, Barrio de los Remedios) Sevilla. Aunque nuestras actividades habituales son los lunes, hemos ubicado este acto en un viernes para facilitar la asistencia de aquellos que no residís en Sevilla.

Esperamos que nos acompañéis todos los que podáis, pues creemos que el Poeta Oriolano merece sobradamente que le rindamos nuestro reconocimiento.

Entretanto, recibid un cordial saludo

Agustín Pérez González
Director de la Revista Aldaba



Hay que agradecer a los amigos de Aldaba que nos envíen puntualmente su revista y que en esta ocasión hayan contado con un poema del Sr. Malpaso entre los poemas de homenaje a Miguel Hernandez. Cualquier día con unas copas de más os contamos la historia del poema, porque hay implicada una dama desnuda.

Os dejamos hoy, inevitablemente, con un poema de Miguel Hernandez, que esperamos haga las delicias de Luisito Goñi, gran admirador de todos los poetas agrícolas.
Un poema enorme, que Miguel Hernandez escribió en la cárcel cuando su mujer le dijo que sólo tenía cebollas para alimentar a su hijo.



NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma al oírte,
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño.
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
Ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho.
Él, triste de cebolla.
Tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.






¿Nos veremos por allí? Quién sabe, Quién sabe...



Comandante de Campo Cohen

3 comentarios:

Verónica dijo...

http://www.granadahoy.com/article/ocio/610481/benitez/reyes/poeta/piense/es/aguila/solitaria/va/listo.html

creo que la obra de este hombre puede interesarte, a ver qué opinas

Verónica dijo...

http://www.granadahoy.com/article/ocio/610481/benitez/reyes/poeta/piense/es/aguila/solitaria/va/listo.html

Elena V. Cordón dijo...

Cuando se releen cosas así una piensa en abandonar la poesía definitivamente y no manchar su nombre con la mediocridad.
Espero que lo paseís muy bien el viernes. A ver si un día de estos puedo desplazarme yo también, que la vida de estudiante es dura.
¡Un beso!