lunes, 1 de junio de 2009

El Sur también existe.



Prometimos una entrada más "in extenso" sobre Benedetti, y bueno, aqui está. Esto no va a ser un repaso a su trayectoria, ni una guia de lectura. A decir verdad no he sido un gran lector de Benedetti, pero tal vez me ocurra con Benedetti algo de lo que cualquier poeta estaría orgulloso cuando termina su camino: Tengo poemas suyos entretejidos en momentos lindos de mi vida. No sé si a Mario eso le satisfaría más que este o aquel premio. Yo creo intimamente que sí.
Decía un poema de otro escritor que "es justo que los días de sol se paguen con largueza", así que bien está que despidamos a Benedetti con un pequeño "gracias por los poemas." Y eso es para mi este post de hoy.

Benedetti se me coló en la vida de la mano de mi madre. Y a mi madre se le coló de la mano de Joan Manuel Serrat. De pequeño recuerdo escuchar los discos de vinilo de Serrat de mi madre, y descubrir a Machado, a Miguel Hernandez... y a Benedetti, con ese disco precioso que fue "El sur también existe".

Recuerdo de aquel disco: "Especialmente en Abril", "Testamento de Miercoles", y sobre todo "Hagamos un trato" y la magia indescriptible y nebulosa, cuando el cuerpo de una mujer era algo todavía soñado, de "Una mujer desnuda y en lo oscuro".

Con los años he recordado muchas veces este poema "teniendo -como dice el verso- a mano una mujer desnuda". Y siempre he admitido de corazón su absoluta certeza, y siempre desde entonces me ha parecido que una mujer desnuda es una suerte de pequeño milagro cotidiano, al que siempre y sean cuales sean las circunstancias me he sentido agradecido.


"Una mujer desnuda y en lo oscuro

Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas
y los ojos felices y felinos
miran y de mirar nunca se cansan.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende
el cielo raso se convierte en cielo
y es una gloria no ser inocente
una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte."


No sé por dónde me vino "Táctica y estrategia", pero una vez alguien a quien quiero mucho me lo mandó con toda la bondad de un pecho tierno; y aunque a veces uno no pueda aceptar el oro que le ofrecen, atesora en el corazón toda las veces que le han querido para devolverlas cuando haga falta; porque el cariño, aunque se de sin pedirlo, es algo que siempre hay que estar presto a devolver, multiplicado por cien si es posible.


"Táctica y estrategia

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos.

Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos.

Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos

no haya telón
ni abismos.

Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.

Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites."


Y una vez conoci una muchacha en Barcelona, que a falta de otra herencia me dejó un volumen de las obras completas de Edgard Allan Poe y esa pelicula imposible y mágica llamada "El lado oscuro del corazón", donde me reencontré con Benedetti y descubrí al gran Oliverio Girondo y a Juan Gelman, y por supuesto, descubrí que yo también buscaba una mujer que supiese volar.

En este mundo confuso ha sido una suerte contar con Benedetti, con sus poemas sencillos y hermosisimos. Poemas que parecen más dirigidos al corazón que a un compedio de literatura. Pero ya lo dijo Pete Seeger, que era cantante: "mi tarea no es poner canciones en los oidos de la gente, sino en sus labios".
Benedetti podría decir que su tarea no fue poner poemas en los libros, sino en los corazones.

Alguien lo bastante grande para decir, sencillamente, "Compañera usted sabe, que puede contar conmigo."


"Hagamos un trato


Cuando sientas tu herida sangrar
cuando sientas tu voz sollozar
cuenta conmigo.

(de una canción de Carlos Puebla)


Compañera,
usted sabe
que puede contar conmigo,
no hasta dos ni hasta diez
sino contar conmigo.

Si algunas veces
advierte
que la miro a los ojos,
y una veta de amor
reconoce en los míos,
no alerte sus fusiles
ni piense que deliro;
a pesar de la veta,
o tal vez porque existe,
usted puede contar
conmigo.

Si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo,
no piense que es flojera
igual puede contar conmigo.

Pero hagamos un trato:
yo quisiera contar con usted,
es tan lindo
saber que usted existe,
uno se siente vivo;
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos,
aunque sea hasta cinco.

No ya para que acuda
presurosa en mi auxilio,
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo."




En fin, gracias Mario, por poder contar contigo.

3 comentarios:

Drizzle Eversmile dijo...

Los pelos como escarpias se me han puesto...y no exagero.
Sigo pensando que lo mejor de ti, está por ver.

ML dijo...

Descubrí a Benedetti en El lado oscuro del corazón.

Desde ese momento he leído parte de su amplia obra y se me han quedao clavao muchos de sus poemas.

Posiblemente, tal y como acertadamente comentas, no hizo poemas para los libros y sí para los corazones. A esta sensación que comparto debo añadir que, esos poemas que quedaron en mi corazón, son poemas que, una vez leídos, siempre me obligaron a decir: "Yo quisiera haber escrito algo como esto".

Quizá no sea el mejor poeta del mundo, pero, sin duda, sí escribió varios de los mejores poemas del mundo.

Bonito post. Enhorabuena.

Santiago Bertault dijo...

sin mucha novedad por aqui
Un saludo chavalote