jueves, 25 de junio de 2009

La Poesía aplicada a la Politica



Este es un blog lento. Lo digo porque ciertamente lo es y para que mi amiga Drizzle no me apremie cuando paso más de la cuenta sin actualizar como es debido.
Esta lenta cadencia se debe fundamentalmente a que quien lo escribe tiene el metabolismo de un quelonio y a que tiene la regla tácita de no actualizar más de una vez por semana, porque en esta vida se puede ser de todo menos cansino, y los mismos amigos que nos escribieron hace nada para decirnos que para ellos es una alegría recibir el GENTLEMAN volverían sus puños iracundos si cada dos días estuviéramos llamando a su puerta como gambiteros y desocupados.
Mejor que ustedes nos echen de menos a que nos echen de más.

Eso tiene la consecuencia de que muchas cosas se quedan pendientes largo tiempo, como por ejemplo algunos comentarios sobre la pasada edición de Cosmopoética (¡que fue en Abril!), la entrada sobre el cierre de la Fábrica de Sombreros en Sevilla hace un par de semanas, la entrada que le debo (y grande) a Luis Pons, y muchas más que quedan en el tintero desplazadas por otras que no estaban previstas, porque a nosotros nos encantan los imprevistos.

Y justo esta mañana, mientras desayunaba en un bar de Sevilla me he topado con un interesante editorial en el ABC (yo leo el periódico que me dan) sobre los accesos líricos del presidente Zapatero. Lo firma Alvaro Delgado-Gal, y a mi, que soy poeta a ratos perdidos y que mis opiniones sobre ZP me costaron una novia, me fascinó de inmediato esa interrelación entre discurso político y recursos poéticos.

He recortado, en aras de la brevedad, los comentarios más politicos del artículo, el cual podéis leer en su integridad aquí.
Queda para mi, pensar que la política se está convirtiendo en una fábrica de slogans más o menos bien sonantes, que aportan apariencia de inteligencia a frases que en si mismas son vanas o directamente idiotas (aportando al discurso un “efecto estupefaciente” en palabras del articulo). Aquí, la poesía (el recurso poético), que para tantas cosas despliega su magia, utiliza sus trucos de tahúr, no para aflorar la Verdad a través de la Belleza (que diría Keats) sino para embellecer lo que de otro modo sería soso y anodino.

Un articulo lleno de conceptos que aprender y de aspectos interesantes sobre los que reflexionar, entre ellos, ¿por qué algo nos impulsa a expresarnos poéticamente?. Al final va a ser verdad que hay poesía en todas partes, hasta en las más innobles.
(Los subrayados y las negritas son mios, para los más vagos)


ZAPATERO: EL LADO LIRICO

ÁLVARO DELGADO-GAL
ABC Jueves, 25-06-09

Lo ha dicho Arcadi Espada en repetidas ocasiones: Zapatero, en el fondo, es un literato. Como no se puede ser un literato en el fondo sin serlo también en la forma, cabría añadir: se adivina al literato que hay en Zapatero observando cómo habla, perora, debate o escribe. Arcadi desciende a precisiones, y sostiene que la figura retórica más visitada por el hombre que vela en La Moncloa es EL QUIASMO. En el quiasmo se repiten dos términos, primero en un orden, y luego en el inverso. EL RETRUÉCANO Y LA PARANOMASIA, esto es, el empleo de palabras que, siendo casi homófonas, soportan significados distintos, acuden con igual solicitud a los labios del presidente. ¿Por qué conmutan los poetas las palabras, o fuerzan la sintaxis, o expresan a través de metáforas lo que podría enunciarse a la pata la llana? Resultaría extemporáneo plantearse el asunto en una columna meramente política. Esta, sin embargo, va de política y de poesía, o de aquélla en cuanto fundada en ésta, y no puede eludir determinadas cuestiones, por remotas o impertinentes que se nos antojen... Según una doctrina más o menos oficial, el lenguaje aloja bellezas que el largo uso o la inadvertencia de las gentes mantienen en estado de latencia. Es misión del poeta romper este equilibrio a la baja, esta especie de pasmo. ¿Cómo? La idea es embestir el lenguaje y desgarrarlo, hasta que salgan por los costurones las esencias que esconde en su interior. Los poetas aplican la violencia verbal a todos los géneros, desde el místico, al amatorio o erótico. Permítanme que les ofrezca una joya erótica, extraída del canto VII del Orlando Furioso. Alcina, una maga que Ariosto tomó prestada de Boyardo, seduce a Ruggiero, caballero andante. Sus cuerpos se estrechan, como la hiedra cuando envuelve el tronco del árbol, y sus labios se juntan. Escribe Ariosto:
a menudo tenían más de una lengua en la misma boca.
En cierto modo, Ariosto ha acudido a una elipsis para decir que la lengua de cada uno ha penetrado en la boca del otro. Al tiempo, convierte este dato mecánico en un hecho misterioso y fascinante: en la boca de Alcina, o en la de Ruggiero, se mueven, de súbito, otras lenguas, además de la propia. Notamos el trabajo de la lengua ajena, su presencia extraña, y especialmente, intuimos su peligro. Nos encontramos frente a la poesía a su más alto nivel: lo vulgar, percibido desde un ángulo nuevo, retorna a nosotros como una revelación, una epifanía.
Pero Ariosto, acabo de decirlo, es excepcional. Es más frecuente que la poesía sea banal, o infantil, o sirva sólo a fines didácticos o mnemotécnicos. Reparen en los ejemplos siguientes, espigados de los libros o autores que dentro de un rato se verán: «Hemos tenido ocho años de derechas y uno de derechos»; «Del harapo, poco saco»; «Menos rebote y más bote»; «Cambiemos cemento por conocimiento»; «Todos los animales son iguales, aunque unos son más iguales que otros»; «Las palabras han de estar al servicio de la política y no la política al servicio de las palabras»; «El rey es bastante republicano».
Propongo dividir las siete locuciones en dos lotes. Al primero pertenecen aquéllas que buscan un efecto, por así decirlo, estupefaciente. Las consonancias o las paranomasias asocian contenidos sueltos, sin elaborar. El poeta, o como prefiramos llamarlo, no ha explorado los caminos que comunican dos cosas distintas, aunque secretamente afines, sino que las ha pegado con el adhesivo de la rima en su acepción más simplona. «Menos rebote y más bote» (lema publicitario de la ONCE) se halla incursa en esta categoría. Está bien, porque la ONCE ha indagado un eslogan pegadizo, no una idea o un mensaje. «Del harapo, poco saco» (traducción libérrima de the more stitches, the less riches) merodea por los mismos pagos. Es hallazgo de ALDOUS HUXLEY, el autor de Un mundo feliz. El mundo feliz es esencialmente consumista, y combina la aniquilación de las mentes con la ingesta masiva de drogas y sexo. De ahí la censura de la escasez, abreviada en una fórmula que los ciudadanos de la distopía huxleyana recitan con tenacidad de autómatas.
Nos remite a un orden superior el lema celebérrimo «todos los animales son iguales, aunque unos son más iguales que otros». Se trata de una muestra del newspeak, que Orwell introdujo oficialmente en 1984 pero que ya había ensayado en Rebelión en la granja, texto al que me he remitido en este caso. Ahora nos hallamos un poco menos lejos de la alta tecnología ariostesca. El retruécano orwelliano no sólo fija una imagen, sino que subvierte un sentido, es decir, se apoya en un mensaje directo para construir otro de carácter, por así decirlo, mutante. Orwell imputa la habilidad a Squealer, un precursor porcino del Gran Hermano. ¿Qué le falta al Gran Hermano -o equivalente- para ser poeta auténtico? Muchas cosas, pero, sobre todo, integridad. El Gran Hermano es un cazador de voluntades, no de verdades, y acude a embelecos y juegos de palabras con objeto de bloquear la facultad crítica de sus súbditos.
Las cuatro frases restantes son de filiación zapateresca. Me apresuro a aclarar que Zapatero es un político normal. Nada relaciona a España con 1984, ni con Un mundo feliz. España es una democracia, algo destartalada si se quiere, pero democracia inequívoca. La retórica comparada, con todo, insinúa paralelismos interesantes, siempre y cuando se recojan con las cautelas debidas. Bien, yo colocaría «Cambiemos el cemento por el conocimiento» en la categoría donde antes puse «Del harapo, poco saco»: por más vueltas que le doy al asunto, no se me ocurren lecturas más profundas. «Hemos tenido ocho años de derechas y uno de derechos» se sitúa en una posición híbrida; y «El rey es bastante republicano», o «Las palabras han de estar al servicio de la política y no la política al servicio de las palabras» pueden ser adscritas, con toda naturalidad, al territorio de lo semánticamente perverso.
Transitemos hacia la ciencia política. ¿Usa Zapatero los retruécanos para persuadir a los demás, o se persuade a sí mismo por medio de retruécanos? Ésta es la pregunta del millón. Se trata a la vez de una pregunta para la que, lo confieso con entero candor, carezco de respuesta...”



En fin, ¿podríamos concluir esta reflexión con un “no todo lo que suena bien tiene por qué ser verdadero“?

DESCONFIAD DE LA POESÍA!



Fdo.-
Comandante de Campo Cohen.


Pd.- Pero... vamos a dejar en tan mal lugar a la Poesía ¡No en este blog! Opongamos a la politica ramplona la dignidad de Meg la gitana, y a la vaciedad de las consignas y los mitines la grandeza de John Keats.
Con nuestro agradecimiento a nuestros amigos de "A media voz" os dejamos con...




Meg Merrilies
(John Keats)

La vieja Meg era gitana
y vivía en el monte:
era el brezo rojizo su lecho
y al aire libre tuvo su morada.
Negras moras de zarza por manzanas tenía,
por grosellas, simiente de retama;
su vino era el rocío de blancas zarzarrosas,
tumbas del camposanto eran sus libros.

Las ásperas quebradas por hermanas tenía
y por hermanos los alerces:
y sólo en compañía de su familia vasta,
vivió cómo le plugo.
Pasó sin desayuno más de alguna mañana
y sin almuerzo más de un mediodía,
y en vez de cenar, fijamente
contemplaba la luna.

Mas todas las mañanas, con tierna madreselva
sus guirnaldas tejía,
y cada noche, el tejo de la hondonada oscura,
cantando, entrelazaba.
y con sus dedos viejos y morenos
tejía esteras de junco,
que daba a los labriegos
al pasar por el monte.

Fué Meg bizarra como la reina Margarita,
y como de amazona era su talla:
llevó por capa el trozo de alguna manta roja,
tocóse con un mísero sombrero.
Que a sus huesos de vieja conceda Dios descanso,
pues murió ya hace tiempo.

Versión de Màrie Montand

2 comentarios:

Elena V. Cordón dijo...

Keats siempre tan original, pertenece a un mundo más elevado que el de la política.
Es cierto eso de que es mejor que te echen de más que de menos, pero me gustaría que este blog no fuese tan "lento" :)
Un saludo desde El Tintero de sangre

Verónica dijo...

Haré que te acabe gustando la poesía moderna...jajajaja (risa malosa), puedo hacerlo y lo haré!!!