miércoles, 22 de abril de 2009
Una canción de los buenos viejos tiempos.
Mañana, la señorita María Gonzalez y yo tenemos un recital en la Universidad Politécnica de Belmez.
Ultimamente no sé que pensar de los recitales, cuando los escucho me resultan matemáticamente aburridos. Y me da miedo que a los que me escuchen a mi les pase lo mismo.
Ultimamente me pregunto por qué iria nadie a un recital de poesía, y no sé responderme. Tal vez me estoy volviendo más cinico, más viejo o más gruñón. ¿Quién sabe?
Hace tiempo que voy menos a recitales de poesía: En nueve de cada diez casos sólo asisten los amigos del ejecutante (ejecutante es una palabra muy adecuada en según qué casos), y entonces me pregunto ¿dónde se supone que están todos los poetas? ¿a qué recitales van los poetas?
Yo no puedo opinar siendo juez y parte, pero me apena que amigos mios a los que llevo a recitales poéticos casi a rastras, se vayan a la mitad, aburridos y desconcertados.
Y sin embargo mañana yo mismo voy a dar un recital; y me siento como en aquel cuento de Oscar Tejero en que el protagonista es un humorista que consigue el exito gracias a un chiste, pero vive aterrado de que el publico se de cuenta finalmente de que el chiste que esta contando no tiene ninguna gracia.
¿Es la poesía un chiste sin gracia del que todos rien por miedo a ser el primero en mostrarse aburrido? A veces me da esa impresion. Riete de mi chiste, que yo me reiré del tuyo.
Y sin embargo, llevo tres días dandole vueltas al recital, quitando y poniendo poemas, pensando cosas... no sé cuanta gente vendrá, pero mucha o poca, me gustaría que al terminar pensasen que han visto algo que no se ve todos los días. Y no porque hagamos nada extraño, sino porque algún poema les llegue al corazón, y algún verso, como me pasó a mi en Escocia cuando lei por primera vez a Robert Burns, se les clave de tal modo que algun día, dentro de seis meses o seis años digan: recuerdo un verso que escuché una vez que decía...
Y no importa que no recuerden quién era el que lo leia ni que no volviesen a verlo, sería un poeta que llegó, dió lo que tenía y se fue.
Amen a eso.
Ojalá la gente que nos vea mañana se lleve algo que les sirva para los días de lluvia.
Como decía el poema:
...y por si vuelve
esa pequeña tristeza
a arañarte el corazón como una garra de gato,
guarda esta canción, guarda esta canción
de los buenos viejos tiempos.
Ojalá los poemas que leamos mañana los guarde alguien contra las pequeñas tristezas.
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11 comentarios:
Espero que así sea :)
Muchos ánimos.
Que vaya todo muy bien!!
Animo nene!! Tú viajas con una mochila de buenos poemas!!
Déjalos pasmaos!!
Un beso!
Eva
"....pero me apena que amigos mios a los que llevo a recitales poéticos casi a rastras"
Vaya, no era esa la sensación que yo tenía.
Desde luego no era lo que intentábamos transmitir......al menos nosotros íbamos en plan Madre de la Pantoja "que bien recita el niño!!!!!"
Hay que joderse con las percepciones!!!!!!!
Hay quien se aburre, sí, pero lo que yo hago siempre es buscar los ojos de aquel que viaja conmigo, eso lo vale todo, seguro que tú también los encuentras, :). Ánimo
Coincido contigo: ¿si a mí, que me gusta la poesía, me aburren los recitales, los propios y los de otros, que pensarán, que sentirán aquellos que no tienen tal fatal atracción por los versos?
¿Qué hacer para no aburrir? ¿Basta con llevar una buena mochila llena de buenos poemas? ¿Hay que elegir poemas de palabras fáciles y que no sean muy largos? ¿Pasamos audiovisuales que a la gente les entre mejor? ¿Ponemos música?
¿O quizá hay que seguir intentándolo valorando más una persona satisfecha que nueve que se han aburrido?
Grande vuestro blog.
Saludos desde Sevilla.
PD: Nos conocimos en el Maratón Poético que organizamos desde Baratillo Joven.
Nos presentó nuestro amigo común Borja de Diego.
"""Hay que elegir poemas de palabras fáciles y que no sean muy largos? ¿Pasamos audiovisuales que a la gente les entre mejor? ¿Ponemos música?"""
O quizá hay que mejorar en calidad, hay que transmitir, hay que hacer vibrar, hay que pintar imágenes con palabras, hay que inspirar, hay que emocionar, hay que expresar sentimientos y pensamientos......
Y la verdad...cuesta mucho encontrar todo eso.
No es que el público no esté a la altura, es que a veces el público tiene demasiada altura para lo que se encuentra en los recitales.
Y ojo, que todas las generalizaciones por defecto suelen ser erróneas.
Estoy de acuerdo contigo. Pero, creo que aún cuando se eleva la calidad al máximo, si no somos capaces de dominar los tiempos, podemos aburrir a la concurrencia.
No obstante, con calidad, es mucho más difícil que esto ocurra.
yo creo que usted debería recitar vestido de mujer, pero ya sabe comandante que yo no soy una compañía recomendable.
el secreto está en el ron!
Hola Comandante, mucha suerte en tu recital.
¿Has pensado en perfopoetizar un poco para que no se te aburran?
Ya sabes, el escenario es el escenario.
Un saludo y espero que la temporada que viene puedas recitarnos en Las Noches del Cangrejo.
Un saludo desde el hospital.
¿Y dónde guardas la maestría requerida para dar un recital?
Eres tonto, chico. ¡Pero ojo! Esto no quiere decir que yo vaya de listo. Es que tú..., tú..., tú eres tonto. Y además comandante...¡Mira que eres tonto!
Quizás la única manera de transmitir la poesía sea precisándola. La palabra del poeta se hace materia en un recital y toma en su propia voz, en su sonido, un nivel que el oyente recordará como quien guarda una fotografía. Pienso que la palabra se podrá siempre vestir, pero es su sola lectura el único elemento obligado a conmover por verdad y belleza. Tenga usted fe en sus poemas, Comandante, que son peldaños ya tallados y dígalos reconociéndolos como victorias. Saludos desde Verso.
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