domingo, 25 de enero de 2009

Queremos que vuelva Tomoe Gozen

Saludos!
Llevamos un principio de año intenso y dulce y esperamos de vuestra bondad que nos perdoneis el tiempo que hemos estado ausentes. Hemos remozado un poco el blog e incluido páginas realmente buenas de gente realmente talentosa.
Teneis un icono para suscribiros a este blog (eso es algo que nosotros nunca pediremos en público, somos muy orgullosos, pero no significa que no lo deseemos secretamente, somos sensibles al halago), una lista de los blogs de los autores que han puesto su granito de arena en nuestro GENTLEMAN, y otra de blogs que no deberíais dejar de visitar.

Hoy retomamos con entusiasmo la serie de GRANDES MUJERES con una mujer cuya biografía nos hace suspirar: la japonesa TOMOE GOZEN, una guerrera samurai en el japón feudal. Honestamente pensábamos que tal cosa era imposible pero, una vez más respecto a las mujeres, estábamos equivocados y le agradecemos a la Sta. Drizzle Eversmile que nos siga sorprendiendo con historias intensas y hermosas.
En cualquier caso, muchos me darán la razón si digo que una mujer que maneja una katana con letal habilidad junto a su amado es lo que muchos pedirían por Navidad.
No busqueis más. Existió. Y se llamó Tomoe Gozen.

TOMOE GOZEN. La mujer guerrera (1157-1184)

La clase de la guerrera Samurai se inició en el siglo IX siendo expertas luchadoras con unas estrictas normas de honor.

Tomoe Gozen es el ejemplo de la verdadera guerrera en el principio de la historia del Japon moderno. Mientras que muchas mujeres a través de los tiempos fueron forzadas a tomar las armas (en defensa de su vida, propiedades, familias por ejemplo), Tomoe era una formidable Bushi.

Su arma preferida, la naginata, una especie de lanza de madera con una hoja metálica acoplada, le dió fama legendaria. Siempre dispuesta a la lucha, también era una excelente arquera y dominaba con facilidad el manejo de grandes caballos por escarpadas pendientes.

Ella estaba casada con Kiso (Minamoto) Yoshinaka. En 1184 tomaba Kyoto después de haber triunfado en la batalla de Kurikawa, integrando el ejercito de Taira de las provincias del oeste, Yoshinaka comenzó a insinuar que Tomoe debería tener el liderazgo de los Minamoto – esto provoco un ataque de Minamoto Yoritomo.

Yoshinaka y Tomoe se enfrentaron a los Bushi de Yoritomo en Awazu, en desesperada pelea Tomoe decapito a Yoritome. El Heike Monogatari dice de Tomoe…

"…Tomoe era muy bella, de piel blanca, cabello largo, y encantadoras facciones. Ella era también una excelente arquera, tenía un gran dominio de la katana. En ella confluía un demonio y un dios, montada o a pie se destacaba en el combate. Cada vez que se aproximaba la batalla, Yoshinaka enviaba a Tomoe, equipada con una pesada armadura y una gran katana a la cabeza de los Bushi, y ella demostraba un gran valor, mayor al resto de los guerreros.."

miércoles, 7 de enero de 2009

¿Qué hemos hecho con el Gran Hermano?


A muchos que escuchen el nombre de "Gran Hermano", sólos les vendrá a la cabeza un programa de televisión de dudoso gusto. Sin embargo, el "Gran Hermano" es una idea de la novela "1984" de George Orwell, autor también de la magnífica "Rebelión en la granja".
Hace tiempo, la escritora Carmen Valladolid me envió la dirección de un texto de Orwell que habían publicado en la página literaria Cruzagramas, y que hablaba de algo que todo escritor se ha planteado en algún momento: ¿Por qué escribo?.
Es un texto largo pero merece la pena. Para Orwell, los 4 motivos fundamentales por los que alguien escribe son:
1- Egoismo agudo
2- Entusiasmo estético
3- Impulso histórico
4- Propósito político

Disfrutadlo.



"Por qué escribo" (George Orwell)
Desde muy corta edad, quizá desde los cinco o seis años, supe que cuando fuese mayor sería escritor. Entre los diecisiete y los veinticuatro años traté de abandonar ese propósito, pero lo hacía dándome cuenta de que con ello traicionaba mi verdadera naturaleza y que tarde o temprano habría de ponerme a escribir libros.

Era yo el segundo de tres hermanos, pero me separaban de cada uno de los dos cinco años, y apenas vi a mi padre hasta que tuve ocho. Por ésta y otras razones me hallaba solitario, y pronto fui adquiriendo desagradables hábitos que me hicieron impopular en mis años escolares. Tenía la costumbre de inventar historias y sostener conversaciones con personas imaginarias, y creo que desde el principio se mezclaron mis ambiciones literarias con la sensación de estar aislado y de ser menospreciado. Sabía que las palabras se me daban bien, así como que podía enfrentarme con hechos desagradables creándome una especie de mundo privado en el que podía obtener ventajas a cambio de mi fracaso en la vida cotidiana.
Sin embargo, el volumen de escritos serios, es decir, realizados con intención seria, que produje en toda mi niñez y en mis años adolescentes no llegó a una docena de páginas. Escribí mi primer poema a la edad de cuatro o cinco años (se lo dicté a mi madre). Tan sólo recuerdo de esa "creación" que trataba de un tigre y que el tigre tenía "dientes como de carne", frase bastante buena, aunque imagino que el poema sería un plagio de "Tigre, tigre", de Blake.
A mis once años, cuando estalló la guerra de 1914-1918, escribí un poema patriótico que publicó el periódico local, lo mismo que otro, de dos años después, sobre la muerte de Kitchener. De vez en cuando, cuando ya era un poco mayor, escribí malos e inacabados "poemas de la naturaleza" en estilo georgiano. También, unas dos veces, intenté escribir una novela corta que fue un impresionante fracaso. Ésa fue toda la obra con aspiraciones que pasé al papel durante todos aquellos años. Sin embargo, en ese tiempo me lancé de algún modo a las actividades literarias. Por lo pronto, con material de encargo que produje con facilidad, rapidez y sin que me gustara mucho.
Aparte de los ejercicios escolares, escribí vers d'occasion, poemas semicómicos que me salían en lo que me parece ahora una asombrosa velocidad -a los catorce escribí toda una obra teatral rimada, una imitación de Aristófanes, en una semana aproximadamente- y ayudé en la redacción de revistas escolares, tanto en los manuscritos como en la impresión. Esas revistas eran de lo más lamentablemente burlesco que pueda imaginarse, y me molestaba menos en ellas de lo que ahora haría en el más barato periodismo. Pero junto a todo esto, durante quince años o más, llevé a cabo un ejercicio literario: ir imaginando una "historia" continua de mí mismo; una especie de diario que sólo existía en la mente. Creo que ésta es una costumbre en los niños v adolescentes. Siendo todavía muy pequeño, me figuraba que era, por ejemplo, Robin Hood, y me representaba a mi mismo como héroe de emocionantes aventuras, pero pronto dejó mi "narración" de ser groseramente narcisista y se hizo cada vez más la descripción de lo que yo estaba haciendo y de las cosas que veía. Durante algunos minutos fluían por mi cabeza cosas como estas: "Empujo la puerta y entró en la habitación. Un rayo amarillo de luz solar, filtrándose por las cortinas de muselina, caía sobre la mesa, donde una caja de fósforos, medio abierta, estaba junto al tintero. Con la mano derecha en el bolsillo, avanzó hacia la ventana. Abajo, en la calle, un gato con piel de concha perseguía una hoja seca", etc., etc. Este hábito continuó hasta que tuve unos veinticinco años, cuando ya entré en mis años no literarios. Aunque tenía que buscar, y buscaba las palabras adecuadas, daba la impresión de estar haciendo contra mi voluntad ese esfuerzo descriptivo bajo una especie de coacción que me llegaba del exterior. Supongo que la "narración" reflejaría los estilos de los varios escritores que admiré en diferentes edades, pero recuerdo que siempre tuve la misma meticulosa calidad descriptiva.
Cuando tuve unos dieciséis años descubrí de repente la alegría de las palabras; por ejemplo, los sonidos v las asociaciones de palabras. Unos versos de Paraíso perdido, que ahora no me parecen tan maravillosos, me producían escalofríos. En cuanto a la necesidad de describir cosas, ya sabía a qué atenerme. Así, está claro qué clase de libros quería yo escribir, si puede decirse que entonces deseara yo escribir libros. Lo que más me apetecía era escribir enormes novelas naturalistas con final desgraciado, llenas de detalladas descripciones y símiles impresionantes, y también llenas de trozos brillantes en los cuales serían utilizadas las palabras, en parte, por su sonido. Y la verdad es que la primera novela que llegué a terminar, Días de Birmania, escrita a mis treinta años pero que había proyectado mucho antes, es más bien esa clase de libro.

Doy toda esta información de fondo porque no creo que se puedan captar los motivos de un escritor sin saber antes su desarrollo al principio. Sus temas estarán determinados por la época en que vive -por lo menos esto es cierto en tiempos tumultuosos y revolucionarios como el nuestro-, pero antes de empezar a escribir habrá adquirido una actitud emotiva de la que nunca se librará por completo. Su tarea, sin duda, consistirá en disciplinar su temperamento v evitar atascarse en una edad inmadura, o en algún perverso estado de ánimo: pero si escapa de todas sus primeras influencias, habrá matado su impulso de escribir. Dejando aparte la necesidad de ganarse la vida, creo que hay cuatro grandes motivos para escribir, por lo menos para escribir prosa. Existen en diverso grado en cada escritor, y concretamente en cada uno de ellos varían las proporciones de vez en cuando, según el ambiente en que vive. Son estos motivos:

1. El egoísmo agudo. Deseo de parecer listo, de que hablen de uno, de ser recordado después de la muerte, resarcirse de los mayores que le despreciaron a uno en la infancia, etc., etc. Es una falsedad pretender que no es éste un motivo de gran importancia. Los escritores comparten esta característica con los científicos, artistas, políticos, abogados, militares, negociantes de gran éxito, o sea con la capa superior de la humanidad. La gran masa de los seres humanos no es intensamente egoísta. Después de los treinta años de edad abandonan la ambición individual -muchos casi pierden incluso la impresión de ser individuos y viven principalmente para otros, o sencillamente los ahoga el trabajo. Pero también está la minoría de los bien dotados, los voluntariosos decididos a vivir su propia vida hasta el final, y los escritores pertenecen a esta clase. Habría que decir los escritores serios, que suelen ser más vanos y egoístas que los periodistas, aunque menos interesados por el dinero.

2. Entusiasmo estético. Percepción de la belleza en el mundo externo o, por otra parte. en las palabras y su acertada combinación. Placer en el impacto de un sonido sobre otro, en la firmeza de la buena prosa o el ritmo de un buen relato. Deseo de compartir una experiencia que uno cree valiosa y que no debería perderse. El motivo estético es muy débil en muchísimos escritores, pero incluso un panfletario o el autor de libros de texto tendrá palabras y frases mimadas que le atraerán por razones no utilitarias; o puede darle especial importancia a la tipografía, la anchura de los márgenes, etc. Ningún libro que esté por encima del nivel de una guía de ferrocarriles estará completamente libre de consideraciones estéticas.

3. Impulso histórico. Deseo de ver las cosas como son para hallar los hechos verdaderos y almacenarlos para la posteridad.

4. Propósito político, y empleo la palabra "político" en el sentido más amplio posible. Deseo de empujar al mundo en cierta dirección, de alterar la idea que tienen los demás sobre la clase de sociedad que deberían esforzarse en conseguir. Insisto en que ningún libro está libre de matiz político. La opinión de que el arte no debe tener nada que ver con la política ya es en sí misma una actitud política. Puede verse ahora cómo estos varios impulsos luchan unos contra otros y cómo fluctúan de una persona a otra y de una a otra época.
Por naturaleza -tomando "naturaleza" como el estado al que se llega cuando se empieza a ser adulto- soy una persona en la que los tres primeros motivos pesan más que el cuarto. En una época pacífica podría haber escrito libros ornamentales o simplemente descriptivos v casi no habría tenido en cuenta mis lealtades políticas. Pero me he visto obligado a convertirme en una especie de panfletista.

Primero estuve cinco años en una profesión que no me sentaba bien (la Policía Imperial India, en Birmania), y luego pasé pobreza y tuve la impresión de haber fracasado. Esto aumentó mi aversión natural contra la autoridad y me hizo darme cuenta por primera vez de la existencia de las clases trabajadoras, así como mi tarea en Birmania me había hecho entender algo de la naturaleza del imperialismo: pero estas experiencias no fueron suficientes para proporcionarme una orientación política exacta.
Luego llegaron Hitler, la guerra civil española, etc. Éstos y otros acontecimientos de 1936-1937 habían de hacerme ver claramente dónde estaba. Cada línea seria que he escrito desde 1936 lo ha sido, directa o indirectamente, contra el totalitarismo y a favor del socialismo democrático, tal como yo lo entiendo. Me parece una tontería, en un periodo como el nuestro, creer que puede uno evitar escribir sobre esos temas.

Todos escriben sobre ellos de un modo u otro. Es sencillamente cuestión del bando que uno toma y de cómo se entra en él. Y cuanto más consciente es uno de su propia tendencia política, más probabilidades tiene de actuar políticamente sin sacrificar la propia integridad estética e intelectual.
Lo que más he querido hacer durante los diez años pasados es convertir los escritos políticos en un arte. Mi punto de partida siempre es de partidismo contra la injusticia. Cuando me siento a escribir un libro no me digo: 'Voy a hacer un libro de arte." Escribo porque hay alguna mentira que quiero dejar al descubierto, algún hecho sobre el que deseo llamar la atención. Y mi preocupación inicial es lograr que me oigan. Pero no podría realizar la tarea de escribir un libro, ni siquiera un largo artículo de revista, si no fuera también una experiencia estética. El que repase mi obra verá que aunque es propaganda directa contiene mucho de lo que un político profesional consideraría irrelevante. No soy capaz, ni me apetece, de abandonar por completo la visión del mundo que adquirí en mi infancia. Mientras siga vivo y con buena salud seguiré concediéndole mucha importancia al estilo en prosa, amando la superficie de la Tierra. Y complaciéndome en objetos sólidos y trozos de información inútil. De nada me serviría intentar suprimir ese aspecto mío. Mi tarea consiste en reconciliar mis arraigados gustos y aversiones con las actividades públicas, no individuales, que esta época nos obliga a todos a realizar. No es fácil. Suscita problemas de construcción y de lenguaje e implica de un modo nuevo el problema de la veracidad. He aquí un ejemplo de la clase de dificultad que surge.
Mi libro sobre la guerra civil española, Homenaje a Cataluña, es, desde luego, un libro decididamente político, pero está escrito en su mayor parte con cierta atención a la forma y bastante objetividad. Procuré decir en él toda la verdad sin violentar mi instinto literario. Pero entre otras cosas contiene un largo capítulo lleno de citas de periódicos y cosas así, defendiendo a los trotskistas acusados de conspirar con Franco. Indudablemente, ese capítulo, que después de un año o dos perdería su interés para cualquier lector corriente, tenía que estropear el libro. Un crítico al que respeto me reprendió por esas páginas: "¿Por qué ha metido usted todo eso?", me dijo. "Ha convertido lo que podía haber sido un buen libro en periodismo." Lo que decía era verdad, pero tuve que hacerlo. Yo sabía que muy poca gente en Inglaterra había podido enterarse de que hombres inocentes estaban siendo falsamente acusados. Y si esto no me hubiera irritado, nunca habría escrito el libro. De una u otra forma este problema vuelve a presentarse.

El problema del lenguaje es más sutil y llevaría más tiempo discutirlo. Sólo diré que en los últimos años he tratado de escribir menos pintorescamente v con más exactitud. En todo caso, descubro que cuando ha perfeccionado uno su estilo, ya ha entrado en otra fase estilística.
Rebelión en la granja fue el primer libro en el que traté, con plena conciencia de lo que estaba haciendo, de fundir el propósito político y el artístico. No he escrito una novela desde hace siete años, aunque espero escribir otra enseguida. Seguramente será un fracaso -todo libro lo es-, pero sé con cierta claridad qué clase de libro quiero escribir. Mirando la última página, o las dos últimas, veo que he hecho parecer que mis motivos al escribir han estado inspirados sólo por el espíritu público. No quiero dejar que esa impresión sea la última. Todos los escritores son vanidosos, egoístas y perezosos, y en el mismo fondo de sus motivos hay un misterio.

Escribir un libro es una lucha horrible y agotadora, como una larga y penosa enfermedad. Nunca debería uno emprender esa tarea si no le impulsara algún demonio al que no se puede resistir y comprender. Por lo que uno sabe, ese demonio es sencillamente el mismo instinto que hace a un bebé lloriquear para llamar la atención. Y, sin embargo, es también cierto que nada legible puede escribir uno si no lucha constantemente por borrar la propia personalidad. La buena prosa es como un cristal de ventana. No puedo decir con certeza cuál de mis motivos es el más fuerte, pero sé cuáles de ellos merecen ser seguidos. Y volviendo la vista a lo que llevo escrito hasta ahora, veo que cuando me ha faltado un propósito político es invariablemente cuando he escrito libros sin vida y me he visto traicionado al escribir trozos llenos de fuegos artificiales, frases sin sentido, adjetivos decorativos y, en general, tonterías.

lunes, 5 de enero de 2009

La Bruja Agnesi


Aunque podamos afirmar que MARIA GAETANA AGNESI fue una mujer importante, nuestra bruja favorita es y será siempre la inigualable Baba-Yaga.
No obstante, bien está que conozcamos algo de esta digna mujer que hablaba más de 5 idiomas a los nueve años, y que brilló con luz propia en numerosas materias, especialmente en las matemáticas (y todo el mundo sabe que las matemáticas son cosa de brujería).

Una entrega más de la apasionante y sorprendente saga: GRANDES MUJERES DE LA HISTORIA (Y, como siempre, gracias a la amable cortesía y amabilidad de la mujer que alimenta al desnutrido intelectual, la Sta. Drizzle Eversmile.)


MARIA GAETANA AGNESI
Italia 1718 - 1799

Nació en Milán el 16 de mayo de 1718 en el seno de una familia acomodada y numerosa. Su padre, profesor de matemáticas, ejerció una gran influencia sobre ella. Con nueve años hablaba francés, latín, griego, hebreo y algunas otras lenguas y publicó una traducción en latín en defensa de la educación y formación de las mujeres. Desde pequeña conoció a profesores universitarios, científicos, filósofos... , y debatía con ellos sobre la propagación de la luz, cuerpos transparentes y figuras curvilíneas.

A la edad de 20 años quiso entrar en un convento; pero su padre se negó. María nunca se casó. Dedicó su vida al estudio de las matemáticas y a cuidar a sus hermanos en el momento en que murió su madre.

En 1738 publica una colección de ensayos filosóficos: Propositiones Philosoficae, que abordaba los problemas de filosofía natural.

Se dedicó en profundidad al estudio del álgebra y la geometría y nueve años más tarde aparecieron publicadas las Instituzioni Analitiche, que fue editado en varios idiomas y se utilizó como manual universitario en las universidades de distintos países.

Cuando este libro fue traducido al inglés por John Colson, profesor de matemáticas de Cambridge, le dió el nombre de "bruja" a la curva estudiada por Agnesi debido a una mala traducción y de ahí cada vez que se iba a mencionar a Agnesi se referían a ella como la bruja de Agnesi.

Agnesi nunca pudo entrar a la Academia Francesa por ser mujer; pero si en las Academias Italianas que eran más liberales.

Murió en Milán el 9 de enero de 1799

lunes, 29 de diciembre de 2008

FELIZ NAVIDAD


-" A Vissini le encanta mandar"
-Mandar, mandar...lo que le encanta es gritar!...
-No lo hace con mala ...intención
-Nos trata con muy poca..atención---
-Rimas estupendamente!
-Sí, sí, algunas veces..
(....)
-Cesic, ¿hay rocas delante?
-Si las hay, será horripìlante
-!Basta de bromas! !Hablo en serio!
-Tu furor es un misterio
-AArrgggg!!!!!!!!!!!

viernes, 19 de diciembre de 2008

Si adivinas mi nombre, te daré un reino.

Hoy, una canción de Puck para nuestra amiga Drizz.
Tan sencilla que dice que siempre somos mejores entre aquellos que nos conocen.


(Canción de Puck)


Mi nombre es secreto
Mi corazón está escondido

Pero si descubres mi nombre
si adivinas el escondrijo
Ya nunca gritaré
Nunca arañaré ni daré patadas
Comeré acelgas
No me mancharé la ropa

Mi nombre es secreto
Mi corazón está escondido

Pero si juegas conmigo
Si bailas alegremente
Nunca volveré a enfadarme
No arrugaré la nariz
Ni te enseñaré la lengua.
Iré de tu mano a donde me lleves
No me escaparé aunque pueda.

Mi nombre es secreto
Mi voz, chillona
Mi pelo, hirsuto
Mi boca, hosca

Pero mi corazón,
Mi corazón es suave como el vellón
Y rojo como la grana.
Esta envuelto en pluma de oca y papel de seda
Tan cálido como el primer rayo de la mañana.

Mi corazón está escondido
Pero si descubres su nombre,
si adivinas el escondrijo
Ya no querrás a ningún otro.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Asturies es un Bollu Preñáu

¿Qué hace un cordobés de toda la vida a la una de la mañana en un bar de Madrid recitando con la representación de poetas asturianos que habían venido a leer sus poemas a la capital? Pues divertirse, y comprobar que los asturianos son gente muy maja.
Resulta que existe un proyecto que consiste en llevar en autobús a treinta poetas asturianos a Madrid y luego llevar a treinta poetas madrileños a Asturias.
Por azares afortunados este fin de semana bajaban los asturianos y yo estaba en Madrid, y por azares aún más afortunados, nuestra amiga Ada Menéndez participaba en el asunto y me dijo: ¿quieres recitar con nosotros? "Bueno -pensé- no sé si de cara puedo pasar por asturiano pero desde luego, en cuanto abra la boca van a pensar todos: este es más de Córdoba que el flamenquín".
Me pareció que dice mucho de Ada el invitar a un cordobés a un recital organizado para asturianos. No se trataba de "su" recital, ni del mío, ni del de nadie, era una reunión de poetas. Bajaban los asturianos, sí, pero había sitio para todo el mundo.
El recital mantuvo el mismo espíritu: todo el mundo amable, conversador, divertido y pasándolo bien. Poetas jóvenes, viejos, músicos, poetisas... y amigos conocidos y otros que conocimos allí.
Recuerdo la cara de sorpresa de Elena Medel (bueno ella vive en Madrid ahora) cuando me vio aparecer (yo sigo viviendo aún en el pueblo), y la sonrisa de Sofía Castañón, y una chica pizpireta que se llamaba Laura y que luego me enteré que era Laura Casielles.
Conmigo venían tres amigos que en su santa paciencia, habían decidido que el mejor plan para un sábado por la noche en Madrid era acompañarme a un recital poético (que Dios les bendiga).
Como éramos el ciento y la madre, cada poeta tenía 2 minutos de tiempo cronometrado, y el orden se decidía por el aleatorio sistema de sacar de un sombrero las papeletas con los nombres de cada uno. A mi me tocó el tercero.
Yo leí un poema que hasta ese momento sólo habían leido 2 personas, así que más inédito, imposible.

Ada leyó antes que yo. Vedla aquí saliendo a recitar, y también al hombre del cronómetro.

Allí encontramos también a Santiago Bertault López, más conocido como “Rémora”, autor del blog “Un burro ciego de alfalfa”.
La televisión de Asturias ha hecho un reportaje del evento y espero que un día de estos me pasen el video. De momento han emitido allí un pequeño avance de minuto y medio.
Si afinais la vista podreís verme fugazmente al final, a la izquierda durante un instante.
Y si no me creeis, pinchad aquí y comprobadlo vosotros mismo.

En fin, una gran noche, un gran fin de semana, que podríamos resumir con un poema de Ada que habla de esa tierra lejana y brumosa que es Asturias.



Bollu Preñao

Huele a lo que sabe, a montaña verde y
húmeda. Asturias emerge como bollo
preñado; Josefina maltrata el pan nonato
hasta darle forma de bala. Se hornea y sangra.

(Ada Menéndez. El Desvestir del Pulgar-Ediciones Vitruvio)

martes, 16 de diciembre de 2008

La primera matemática de la historia: Hypatia de Alejandria.

Una nueva biografía de una mujer notable, una dominatrix de los números en la intelectual Alejandría, por cortesía de la siempre bellísima pero no por ello menos inteligente Drizzle Eversmile.


HYPATIA de ALEJANDRÍA
Egipto 370 - 415

Se considera la primera mujer matemática según la historia escrita

Nació en Alejandría. De la madre de Hypatia no se tiene ningún registro pero se sabe que su padre, a quien ella adoraba, fue Teón de Alejandría, quien era un ilustre filósofo y matemático de esa época y que fue el maestro de Hypatia desde que ella fuera pequeña. Realmente Teón era una excepción y permitió que su hija se convirtiera en astrónoma, filósofa y matemática, cosa que era sumamente inusual en un sistema en el que las mujeres no tenían derecho a la educación y sus vidas transcurrían en los espacios privados de sus casas, sus familias, sus amigas y de "las tareas femeninas".

Teón quiso que Hypatia fuera, dicho en sus propias palabras: "un ser humano perfecto" y por ello vigiló muy de cerca la educación de su mente y de su cuerpo. Cuentan los biógrafos de Hypatia que desde muy temprano en la mañana ella dedicaba varias horas al ejercicio físico, después tomaba baños que la relajaban y le permitían concentrar la mente para dedicarse, el resto del día, al estudio de las ciencias, la música y la filosofía. Al parecer este riguroso entrenamiento consiguió su objetivo pues a decir de Sócrates Escolástico, historiador de Hypatia, 120 años después de su muerte: "la belleza, inteligencia y talento de esta gran mujer fueron legendarios, superó a su padre en todos los campos del saber, especialmente en la observación de los astros".

Teón trabajaba en el Museo, institución dedicada a la investigación y la enseñanza que había sido fundada por Tolomeo, emperador que sucedió a Alejandro Magno, fundador de la ciudad de Alejandría. El Museo tenía más de cien profesores que vivían ahí y muchos más que asistían periódicamente como invitados. Hypatia entró a estudiar con ellos y aunque viajó a Italia y Atenas para recibir algunos cursos de filosofía se formó como científica en el Museo y formó parte de él hasta su muerte, llegando incluso a dirigirlo alrededor del año 400.

Hypatia se dedicó, durante veinte años, a investigar y enseñar Matemáticas, Geometría, Astronomía, Lógica, Filosofía y Mecánica en el Museo, ocupaba la cátedra de Filosofía platónica por lo que sus amigos y compañeros la llamaban "la filósofa". Ganó tal reputación que al Museo asistían estudiantes de Europa, Asia y África a escuchar sus enseñanzas sobre "la Aritmética de Diofanto" y su casa se convirtió en un gran centro intelectual. Citando nuevamente a Sócrates Escolástico: "consiguió un grado tal de cultura que superó con mucho a todos los filósofos contemporáneos. Heredera de la escuela neoplatónica de Plotinio, explicaba todas las ciencias filosóficas a quien lo deseara. Con este motivo, quien deseaba pensar filosóficamente iba desde cualquier lugar hasta donde ella se encontraba... pero a más de saber filosofía era también una incansable trabajadora de las ciencias matemáticas".

Creó el astrolabio y la esferaplana. Inventó un aparato para destilar el agua, uno para medir el nivel del agua y otro para determinar la gravedad específica de los líquidos. A esto se le llamó mas tarde un aerómetro o hidroscopio.

Hypatia se convirtió en una de las mejores científicas y filósofas de su época, erudita de un conocimiento que los cristianos identificaban con el paganismo y que por tanto la perseguían.

Los cristianos quemaron y destruyeron todos los templos y centros griegos, persiguieron a todos los académicos del Museo obligándolos a convertirse al cristianismo si no querían morir. Hypatia se negó; se negó a convertirse al cristianismo, se negó a renunciar al conocimiento griego, a la filosofía y a la ciencia que por más de veinte años había aprendido y enseñado en el Museo. En la cuaresma, en marzo del 415, acusada de conspirar contra el patriarca cristiano de Alejandría, fue asesinada. Un grupo de cristianos enardecidos la encontraron en el centro de Alejandría y, dejando hablar a Sócrates Escolástico: "La arrancaron de su carruaje, la dejaron totalmente desnuda; le tasajearon la piel y las carnes con caracoles afilados, hasta que el aliento dejó su cuerpo..."

Al asesinar a Hypatia asesinaron a una mujer, a una matemática y filósofa, la primera en la historia y la más notable de su época; pero no pudieron asesinar el pensamiento filosófico y matemático griego.

Simboliza el fin de la ciencia antigua, pues no hubo adelantos importantes en matemáticas, astronomía o física en el mundo occidental, durante los mil años siguientes a su fallecimiento.

jueves, 11 de diciembre de 2008

The True Tale Teller

Ojalá la vida se pareciese más a los cuentos.
En los cuentos, por complicada que sea una situación, siempre hay un modo de resolverla, siempre hay una respuesta para el acertijo, siempre hay una llave que habíamos olvidado, un agujero por el que escapar de la bruja, un golpe de suerte en el ultimo segundo: siempre hay esperanza.

En los cuentos, el Amor es una fuerza poderosa.
En la vida, el Amor es un caballero viejo con el calzón raido y el cuerpo molido a palos.

Pero nos quedan los cuentos... y, como decía el verso, "esperar días de milagros".



Uno de mis poemas favoritos, con uno de mis versos favoritos; que puede hablar del hielo, que puede hablar del Amor:
"...cuando no es el momento, sólo los locos bailan sobre hielo quebradizo"

Ah!, pero ¿quien sabe cuándo es el momento?




El Chico del patio trasero.

Te convertí
en la gentil Rosa
Me convertí
en el salvaje ganso pardo.
Pero el viento sopla
para aquellos que aman
y el Invierno
se avergüenza en el frío del patio trasero.
Si pudiera
vestir mis botas de cuero
y saltar lo bastante alto
para dejar mis penas atrás…
Si tuviera el don de la juventud
para reir, amar y olvidar velozmente...
cuando el viento sople
para aquellos que aman
y el Invierno
vuelva su rostro en el frío del patio trasero
Cuando no es el tiempo
sólo los locos
bailan sobre hielo quebradizo
Cuando no es el tiempo
sólo los locos
exponen su corazón a la tormenta.
Cuando el viento silba
y el Invierno
llora pequeños diamantes helados
en el triste y solitario frío del patio trasero.


Andres Malpaso.

viernes, 5 de diciembre de 2008

¿Mujeres médicos? ¿Donde vamos a parar?

Mientras nos recuperamos de la emocion de ver el DVD de la antología interactiva del Ciclo de Poesía Diversos (en cuanto Juan Luis me las mande ya os enseñaremos algunas fotos), os dejamos con otra gran mujer: Trotula de Salerno.
Yo nunca le pondría Trotula a una hija mía, pero eso desde luego no desmerece en nada sus logros y afanes en la profesión médica.
Como viene siendo habitual, la siguiente foto y biografía la reproducimos con amable autorización del fotolog de la Sta. Eversmile, que no nos cansamos de recomendaros que visiteis como remedio contra todo tipo de males: contra la tiña, contra el lobanillo, contra las migrañas rebeldes, contra las berrugas... una sola visita, y los resultados son sorprendentes.

Al comenzar la Alta Edad Media, el ejercicio de la profesión médica, permanece prohibido para la mujer -y así seguirá, salvo aisladas ocasiones, hasta el siglo XIV-, pero por el contrario, la práctica de la obstetricia y los cuidados al niño en sus primeros meses, los encontramos ya, casi exclusivamente, en manos femeninas.

En aquellos contados casos en los que la mujer ejerce la medicina, lo realiza ya por su condición de miembro de una orden monástica, o por la circunstancia de ser esposa o hija de un famoso médico.

Una de las más importantes excepciones, que permitirá a la mujer acceder a la titularidad médica sin limitaciones, la va a propiciar una célebre escuela de medicina: La Escuela Médica de Salerno.

Se construye ésta en las proximidades del más famoso monasterio de la Edad Media: el monasterio benedictino de Monte Casino. Pero afortunadamente, la cercanía del monasterio -la gran fundación de San Benito, germen de la cultura europea- va a influir, muy positivamente, en el enfoque científico de la Escuela de Medicina, sin condicionarlo por aspectos religiosos.

Salerno será pues la primera escuela médica no regida por religiosos que "desempeñó un papel crucial en la transición de la medicina monástica a la laica"

En un Salerno abierto a la vocación médica femenina, pronto surgirán los nombres de cinco mujeres expertas en el arte de curar: Trótula, Salernitana, Constanza y Calenda, alemanas, Rebeca Guarna, judía y Abella, musulmana, que simbolizan así, cómo en la fundación de Salerno se conjugaron los saberes de judíos, árabes y cristianos.

TROTULA de SALERNO
Italia Siglo XI

Se cree que Trotula vivió en el Siglo XI en Salerno, en la Italia meridional. En aquella época Salerno era famoso por su balneario y sus recursos para la salud. Sus hospitales tenían una reputación mundial y fue donde se estableció la primera escuela de medicina.

Trotula vivió en un tiempo en que las plagas azotaban a Europa y había muy pocos médicos.

Durante aquellos años, la Iglesia Católica tenía prohibida la disección de los cuerpos humanos, por lo que Trotula basaba sus diagnósticos en observaciones de orina, pulso, piel y expresiones faciales.

Su trabajo sobre ginecología, titulado "De Mulierum Passionibus", es el primer compilado sobre la salud y el cuidado de la mujer, e incluía los descubrimientos de los griegos, los romanos y los árabes. Lo escribió para educar a los médicos masculinos sobre el cuerpo femenino, sobre el cual carecían de conocimientos.

También se ocupó de la higiene durante el embarazo y el nacimiento, y de diversos tratamientos para la esterilidad y el cuidado de los recién nacidos. Decía que los hombres y las mujeres podrían tener defectos fisiológicos que impedían la concepción. Admitir que un hombre podría ser responsable de infertilidad era una idea atrevida en aquella época. También describió el uso de narcóticos para evitar el dolor del parto. Esta práctica iba contra las enseñanzas de la iglesia, que mantenía que las mujeres deben sufrir el parto sin ninguna ayuda.

En 1544 se hicieron varias impresiones y traducciones de sus libros, que fueron utilizados durante los siguientes 300 años para el cuidado de la salud de las mujeres

lunes, 1 de diciembre de 2008


Hace un año y medio, el Sr. Nacho Montoto nos invitó a María Gonzalez, a Angela Jimenez y a mi a participar en el ciclo de poesía "Diversos".
Nos dimos un gran tajo preparándolo, con música e imagenes, y resultó uno de los mejores recitales en los que he participado, con una preciosa presentación de Alejandra que nos escribió un cuento especialmente.

Guardo muy buen recuerdo de aquella tarde, y ahora va a presentarse una antología interactiva de todos los poetas que participamos en el ciclo.

Será el jueves día 4 de Diciembre en el Salón de Actos de la Facultad de Ciencias del Trabajo de Córdoba, a las 20:00 horas.

Nosotros alli estaremos y hasta es posible que nos dejemos llevar por las musas y recitemos algo.

¿Os lo vais a perder? Hay magia cuando recitamos, en serio.


Venga, para que os animeis, ved uno de los poemas que flotaron aquella tarde, precisamente un "Poema de animo".
Aunque es dificil que sepa que existe este blog, nos gustaría dedicar este poema especialmente a David Gonzalez, al que conocimos en el Bukowski Club de Madrid y que, para nuestro disgusto, ha cerrado sus blogs de poesía. Vuelve pronto David, y ánimo!




Poema de animo

Tengo que escribir cien poemas
para encontrar
uno decente
Tengo que besar mil veces
para encontrar
el Milagro.
Y el resto,
bueno,
es como todo el mundo.
Un día al año
los huevos se fríen de forma perfecta
pagas con el cambio justo
sonríes
pero antes te has roto,
sangrado, hundido, gritado,
arrastrado y odiado por todas
las miserias diarias.
No intento darte animo
pero todos los días húmedos y duros
no son una derrota
total
sino un paso más
hacia el día perfecto.
Todos los besos helados
son una cuenta atrás
hasta el
definitivo.
Los días de no escribir nada
Las noches de vuelta a casa
Los insomnios y las lágrimas
son el estiércol
de nuestras rosas.


J.-



Pd.- Foto de Chema Montesino (el gran Chema Montesino)

sábado, 29 de noviembre de 2008

La Canción de Drizzle


Es cierto que hemos tardado en dar señales de vida pero en esta ocasion se debe a que nos hemos tenido que documentar para escribir esta entrada. Al hilo de la saga de Grandes Mujeres que nos ocupa, se nos ocurrió que tal vez sería interesante conocer otras mujeres que habitan en cuentos y leyendas, mujeres de magia y sabiduria, mujeres pérfidas y malvadas, mujeres generosas y llenas de bondad.
Una de estas mujeres, de la que se sabe bastante poco es Drizzle Eversmile. Tan poco se sabe sobre ella que hemos tenido que recurrir a las viejas glorias del Nacht&Nebel Magazine para obtener algo de información, y aún así, ha sido dificil.
Ni Agnes Mooreffoc ni Aimir MacMahon, pudieron decirnos mucho, y sólamente a Nicholas TinyIce se le ocurrió la idea de preguntarle a Harald DrizzleDog, el jefe de los Gnomos Rojos (Junto al Valle, Bajo la Colina) por si él tuviera alguna relación.
Localizamos a Harald, que es un gnomo viejo y agradable, y nos dijo que desafortunadamente, aún llamándose su familia DrizzleDog, que él supiera, no tenía relación con Drizzle Eversmile. Sin embargo recordó que cuando él era un joven gnomo, con el animo inquieto y la boca llena de frambuesa, su abuela la Sra. Moira DrizzleDog solía decirle cuando lo veía especialmente contento: ¿Vienes de ver a Drizzle?. Porque según le contaba su abuela, Drizzle Eversmile, era un hada pizpireta y juguetona, cuyo don consiste en aliviar los corazones pesados, de suerte que quien se topa con ella, se siente de pronto ligero y alegre, como si le hubiesen librado de una pesada carga. Y recordaba Harald que su abuela le cantaba una canción sobre Drizzle Eversmile pero no tanto como para decirnos la letra y sólo vagamente pudo tararearnos la musica. Sin embargo, recordó que la biblioteca de Pertinax, el mago de torre, era lo bastante extensa como para encontrar algún libro al respecto. Nos dijo que Pertinax no recibe visitas, salvo que se le lleve un puñado de carbón, pues pertenece a una antigua hermandad, y por este gesto se reconocen.
Alli tuvimos más suerte, y en la biblioteca de Pertinax, que vive frente a un extenso prado de margaritas, encontramos un libro llamado: "Seres mágicos de este y otros mundos, según fue entendido por la Madre Abadesa Hildegarda de Bingen" (¡ya conocíamos a Hildegarda de Bingen!)
Según el libro, Drizzle Eversmile, es un espiritu menor de la naturaleza, como lo son Jack Frost o Jack-in-the-Green. Se la relaciona con la frescura y el verdor de la naturaleza. En algunos lugares se la conoce como Rocío Siempresonrisa, y se la asocia con el rocío matutino, que reparte antes del alba por toda la tierra con una cucharilla hecha del diente de plata de un gigante. Rocío Siempresonrisa es el espiritu del agua en su forma benevola de llovizna suave, que reverdece el campo por la mañana, y hace brillar las hojas cuando caen sobre ellas esas pequeñas gotas que cosquillean el rostro, y se lleva el polvo y las fatigas del día precedente para que el nuevo día comience lleno de esperanzas y energía.
Más allá de esto, Pertinax nos contó que Rocío Siempresonrisa es conocida por su naturaleza alegre y animosa, y que basta encontrarse en su proximidad para que uno comience a silbar y a caminar con paso alegre. De modo que se dice que quien viene cantando y de especial buen humor viene de encontrarse con ella. Es la responsable de las súbitas alegrías que inundan a alguien sin motivo aparente, cuando uno se encuentra repentinamente feliz de estar vivo. Entonces se dice que Drizzle derrama con su cuchara un fresco rocío sobre el corazón cansado y, como a los jovenes brotes, lo reverdece y le trae nuevos bríos.
Buscando por "Rocio Siempresonrisa", encontramos en un libro de canciones una llamada "La Canción de Rocío Siempresonrisa". El libro es una recopilación de canciones populares, reunidas por Alfreso Mozzoli, para la colección "Libros de Babalouk" (Buenos Aires. 1932) de la editorial Impresiones Argentinas. ¿Como llegó aquel libro allí? Ni idea. ¿Sería ésta la canción que le cantaba la Sra. Moira Drizzledog al joven Harald? Es posible. Aqui os la copiamos en cualquier caso.

Bueno, esto es lo que hemos descubierto, si alguien sabe alguna cosa más al respecto, que nos la diga, por favor.
Nos despedimos por hoy con una canción ¿qué mejor manera de despedirse?

La Cancion de Rocío Siempresonrisa
Versión de Alfreso Mozzoli

Si yendo por el bosque
escuchas una risa
que viene y va entre los juncos
y va y viene con la brisa,

detente un instante, rapaz,
y busca una hermosa dama
sobre un tocón de madera,
o sobre una gruesa rama.

Si yendo junto a un arroyo
ves una mano argentina
es Rocío Siempresonrisa
entre aguas cristalinas.

Y si yendo por un prado
te sorprende la Tristeza
y es gris la senda delante
y es gris al volver la cabeza,

aguza el oido, y acaso,
si es día de buena fortuna
escuches un alegre canto
que no guarda espina ninguna.

Es Rocio Siempresonrisa
que tu suspiro ha escuchado
y jovial te sopla al oido
y alegre baila a tu lado.

Y si yendo por senderos
notas el corazón pesado
pero una delgada lluvia
te moja el rostro apenado

no pienses que es el azar
aunque esté el cielo nublado:
es Rocio Siempresonrisa
que por tu lado ha pasado.

Y con su delgada lluvia,
- lluvia de buen verano -
las lágrimas desvanece
y te coge de la mano.

Si un día gris y triste
Se vuelve de pronto dorado
es Rocío Siempresonrisa
que tus penas se ha llevado.

Grandes Mujeres III


Aunque la Sta. Drizzle sea más rápida que nosotros, no nos desanimamos y aqui os traemos otra importante mujer con un nombre encantador: Rosalinda.


ROSALIND ELSIE FRANKLIN
Inglaterra 1920 - 1958

Rosalind nació en Inglaterra el 25 de julio de 1920 Y se graduó de la universidad de Cambridge en 1941, no sin antes salvar la oposición paterna.

Hizo estudios fundamentales de microestructuras del carbón y del grafito y este trabajo fue la base de su doctorado en química física, que obtuvo en la universidad de Cambridge en 1945

Después de Cambridge, pasó tres años productivos (1947-1950) en París en el Laboratoire de Services Chimiques de L'Etat, donde estudió las técnicas de la difracción de la radiografía. En 1951, volvió a Inglaterra como investigador asociado en el laboratorio de John Randall en King's College, Cambridge.

Para Rosalind era la oportunidad de aplicar sus conocimientos a la biología. En el laboratorio de Randall se cruzó su trabajo con el de Maurice Wilkins, ambos referidos al DNA. Lamentablemente, la misoginia y la competencia llevó la relación a un conflicto permanente con Wilkins. Éste llevaba largo tiempo trabajando en el DNA y había tomado la primera fotografía relativamente clara de su difracción cristalográfica. Wilkins había sido el primero en reconocer en ésta los ácidos nucleicos y no estaba dispuesto a la competencia interna.

Rosalind Franklin obtuvo una fotografía de difracción de rayos X que reveló, de manera inconfundible, la estructura helicoidal de la molécula del DNA. Esa imagen, conocida hoy como la famosa fotografía 51, fue un respaldo experimental crucial para que el investigador estadounidense James Watson y el británico Francis Crick establecieran, en 1953, la célebre hipótesis de la "doble hélice" que es característica de la estructura molecular del DNA, por la que en 1962, junto con Maurice Wilkins, se les concediera el Premio Nóbel en Fisiología y Medicina.

Watson había tenido ocasión de asistir a la clase que dio Franklin en noviembre de 1951 sobre el avance de sus investigaciones. Rápidamente, con Francis Crick se pusieron a la tarea de imaginar su estructura y para ello, trabajaron principalmente con modelos atómicos a escala. Este primer intento terminaría en un fracaso rotundo. Watson y Crick invitaron a Franklin y Wilkins a Cambridge para darles a conocer su propuesta. Rosalind Franklin pulverizó sus argumentos.

A principios de 1953 Wilkins mostró a Watson uno de las fotografías cristalográficas de Rosalind de la molécula de DNA, cuando Watson vio la foto, la solución llegó a ser evidente para él y los resultados fueron publicados en un artículo en Nature casi inmediatamente. Sin autorización de Rosalind, Wilkins se las mostró primero a James Watson y, posteriormente, un informe de Rosalind Franklin a Sir John Randall fue entregado a Watson y Crick.

Considerado como el logro médico más importante del siglo XX, el modelo de la doble hélice del ADN abrió el camino para la comprensión de la biología molecular y las funciones genéticas; antecedentes que han permitido llegar al establecimiento, en estos días, de la secuencia "completa" del genoma humano.

Rosalind Rosalind murió en Londres el 16 de abril de 1958.

En 1962, Watson, Crick y Wilkins, recibieron el premio Nobel por el descubrimiento de la estructura del ADN. Este galardón no se concede con carácter póstumo y tampoco se comparte entre más de tres personas. ¿Qué hubiera pasado si la científica estuviera aún viva en ese momento?

viernes, 21 de noviembre de 2008

A proposito de Ada Byron, un poema de su padre.





There was a Time, I need not name

There was a time, I need not name,
Since it will ne'er forgotten be,
When all our feelings were the same
As still my soul hath been to thee.

And from that hour when first thy tongue
Confess'd a love which equall'd mine,
Though many a grief my heart hath wrung,
Unknown, and thus unfelt, by thine,

None, none hath sunk so deep as this--
To think how all that love hath flown;
Transient as every faithless kiss,
But transient in thy breast alone.

And yet my heart some solace knew,
When late I heard thy lips declare,
In accents once imagined true,
Remembrance of the days that were.

Yes! my adored, yet most unkind!
Though thou wilt never love again,
To me 'tis doubly sweet to find
Remembrance of that love remain.

Yes! 'tis a glorious thought to me,
Nor longer shall my soul repine,
Whate'er thou art or e'er shall be,
Thou hast been dearly, solely mine.

George Gordon Byron
June 10, 1808.



HUBO UN TIEMPO...¿RECUERDAS?

Hubo un tiempo... ¿recuerdas? su memoria
Vivirá en nuestro pecho eternamente...
Ambos sentimos un cariño ardiente;
El mismo, ¡oh virgen! que me arrastra a ti.

¡Ay! desde el día en que por vez primera
Eterno amor mi labio te ha jurado,
Y pesares mi vida han desgarrado,
Pesares que no puedes tú sufrir;

Desde entonces el triste pensamiento
De tu olvido falaz en mi agonía:
Olvido de un amor todo armonía,
Fugitivo en su yerto corazón.

Y sin embargo, celestial consuelo
Llega a inundar mi espíritu agobiado,
Hoy que tu dulce voz ha despertado
Recuerdos, ¡ay! de un tiempo que pasó.

Aunque jamás tu corazón de hielo
Palpite en mi presencia estremecido,
Me es grato recordar que no has podido
Nunca olvidar nuestro primer amor.

Y si pretendes con tenaz empeño
Seguir indiferente tu camino...
Obedece la voz de tu destino
Que odiarme puedes; olvidarme, no.

George Gordon Byron.
10 Junio 1808.
Versión de Arturo Rizzi